Jardines Colgantes de Babilonia
- Pisumma GardenTips
- 3 jul
- 2 Min. de lectura

Estás admirando una de las siete maravillas del mundo antiguo. Aunque su ubicación precisa y los detalles de su construcción siguen siendo motivo de debate, su legado perdura como una joya de la arquitectura y la ingeniería. Los Jardines Colgantes fueron una obra monumental que no sólo deslumbró por su belleza, sino que también representa uno de los antecedentes más importantes de la agricultura vertical.
Por eso, en este blog hemos retrocedido en el tiempo y viajado hasta este punto. Pero no nos detenemos aquí: seguiremos avanzando y retrocediendo en la línea del tiempo llamada PISUMMA.
Bueno, estos jardines fueron mucho más que un logro técnico. Fueron, sobre todo, una prueba de amor.
“Solía mirar el horizonte seco de Babilonia con melancolía. Había dejado atrás las montañas verdes de Media, los valles frescos y floridos donde crecí, por una tierra dorada, imponente, pero ajena a mi alma. Mi tristeza, aunque silenciosa, no pasó desapercibida para la persona por la que lo dejé todo. En lugar de palabras, me regaló lo que más anhelaba: volver. Los constructores trabajaron día y noche, guiados por el deseo de mi esposo de devolverme un fragmento de mi tierra natal. Poco a poco, vi cómo su acto de amor se convertía en realidad, hasta que una mañana, el sonido del agua fluyendo por los canales fue distinto. Estaba lleno de vida. El aire de mi tierra estaba aquí, envuelto en hojas y pétalos.”
La reina Amytis, sin embargo, desconocía todo el sistema de ingeniería que había detrás de este regalo.
Algunos historiadores griegos describieron los jardines como terrazas escalonadas sostenidas por muros y columnas de piedra. Para mantener la vegetación en la cima, se habría necesitado un complejo sistema de irrigación, que probablemente incluía:
Tornillos de Arquímedes o sistemas de poleas para elevar el agua desde el río Éufrates hasta las plataformas más altas.
Canales subterráneos y depósitos que distribuían el agua por gravedad.
Sistemas de drenaje que evitaban el encharcamiento de las raíces.
Sustratos especiales (arena, grava, tierra fértil) que permitían una buena retención de humedad y un drenaje eficiente.
Desde la perspectiva del diseño del paisaje, los jardines no solo eran funcionales: eran simbólicos, estéticos y profundamente emocionales. En medio de una llanura árida, recreaban un entorno montañoso lleno de vida. Algunos de los elementos clave fueron:
Diseño de terrazas que simulaban montañas escalonadas.
Selección cuidadosa de especies vegetales: árboles frutales, palmas, flores aromáticas, vides colgantes y vegetación exuberante.
Integración estética con la arquitectura palaciega y el clima de Babilonia.
Aunque no estaban destinados a la producción masiva de alimentos, los Jardines Colgantes anticipaban conceptos que hoy reconocemos como pilares de la agricultura vertical:
Aprovechamiento del espacio vertical para el cultivo de plantas.
Uso de estructuras arquitectónicas como soporte de vegetación.
Sistemas controlados de irrigación y drenaje.
Creación de microclimas urbanos mediante vegetación integrada.
Así nacieron los Jardines Colgantes de Babilonia, un poema silencioso escrito con raíces, piedras y agua.
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