Plantas purificadoras de aire según la NASA y el Síndrome del Edificio Enfermo
- Pisumma GardenTips
- 21 jul
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 25 jul
El aire que respiramos en casa o en el trabajo se contamina cada vez más: pinturas, pegamentos, productos de limpieza y mobiliario liberan compuestos orgánicos volátiles altamente perjudiciales. Frente a este panorama, las plantas de interior se convierten en aliadas silenciosas y bellas.

¿Qué es el Síndrome del Edificio Enfermo?
Se trata de un conjunto de molestias físicas y mentales que aparecen al permanecer en edificios mal ventilados o cargados de contaminantes interiores. Dolor de cabeza, fatiga persistente, irritación de ojos, nariz y garganta, problemas respiratorios, sensación de aire seco y dificultad para concentrarse son sus señales más habituales. Entre las causas destacan el exceso de humedad, los químicos de uso doméstico y, muy a menudo, la ausencia de vegetación que filtre y oxigene.

Plantas purificadoras de aire NASA
En 1989, la NASA publicó su Clean Air Study. El informe demostró que ciertas plantas de interior reducen, de forma natural, toxinas como formaldehído, tricloroetileno y benceno.
¿Cómo lo logran?
Fitoabsorción: las hojas, gracias a su cutícula cerosa, capturan moléculas contaminantes y las degradan.
Microbios en la rizósfera: bacterias y hongos beneficiosos que viven en el sustrato descomponen los compuestos tóxicos.
Transpiración: el flujo constante de agua desde las raíces hacia la atmósfera crea microcorrientes que arrastran los contaminantes hacia la planta y, además, humedecen el ambiente.
Cinco plantas estrella
Sansevieria cylindrica – elimina formaldehído y benceno; prospera con luz baja a media y luce escultural en una maceta de barro cilíndrica No. 3.
Pothos (Epipremnum aureum) – filtra xileno y tolueno; prefiere luz media y ofrece un elegante efecto colgante bajo escaleras o en repisas.
Dracaena reflexa / marginata – combate el tricloroetileno; requiere luz media-alta y aporta un follaje frondoso que da volumen.
Spathiphyllum (Peace Lily) – neutraliza amoníaco y benceno; vive feliz a la sombra y regala una flor blanca minimalista ideal para escritorios.
Palmera de bambú (Chamaedorea seifrizii) – reduce formaldehído; con luz media crea un ambiente tropical en rincones amplios.

Tip PISUMMA: coloca una planta purificadora por cada diez metros cuadrados para sentir mejoras reales en la calidad del aire.
Cómo integrarlas en tu espacio
Diagnostica primero: mide CO₂, humedad y temperatura o, al menos, observa si hay condensación en cristales y aire estancado.Elige macetas de barro, que transpiran y evitan encharcamientos, y un sustrato PISUMMA equilibrado. Distribuye las plantas con intención: la sansevieria en esquinas sombrías, el pothos sobre estanterías donde pueda caer en cascada, y el spathiphyllum junto a impresoras o productos químicos. Completa el conjunto con una tira LED cálida —regulada por temporizador—, velas de citronela y quizá un difusor de aceites esenciales. El cuidado es sencillo: riego moderado, limpieza de hojas y giro mensual de macetas para un crecimiento uniforme.
Caso práctico: la Escalera Viva
Nuestro proyecto DIY transforma el hueco de una escalera en un micro-jardín. Piedras decorativas, iluminación tenue y las cinco plantas purificadoras de aire NASA crean un microclima saludable, aportan un suave murmullo al regar y suman una estética orgánica.

El Síndrome del Edificio Enfermo nos recuerda que necesitamos espacios más humanos y verdes. Las plantas avaladas por la NASA ofrecen una solución accesible y decorativa. Convierte tu hogar u oficina en un pulmón verde con PISUMMA.
Cuéntanos en los comentarios si has sentido estos síntomas y qué especies piensas incorporar. Y, cuando tu rincón saludable cobre vida, comparte tus creaciones en redes con el hashtag #PISUMMA; nos encantará verlas.


Comentarios